La alimentación antiinflamatoria gana popularidad gracias a los buenos resultados que ofrece a la hora de tratar una sintomatología muy variada.
Antes de entrar en detalles, debes saber que existen alimentos antiinflamatorios que ayudan a reducir la inflamación crónica del organismo. Ésta puede estar causada por estrés crónico, hábitos poco saludables o patologías diversas que provocan síntomas como dolores de cabeza, problemas digestivos, erupciones cutáneas, dolor en las articulaciones, falta de energía o bajo estado de ánimo, entre otros.
Todos estos síntomas se pueden aliviar o incluso eliminar retirando productos que nos inflaman y potenciando alimentos antiinflamatorios. Sigue leyendo para saber cuál es mi top 10.
10 alimentos antiinflamatorios que no pueden faltar en tu despensa
A continuación, te propongo 10 alimentos antiinflamatorios, asequibles y deliciosos que puedes incorporar a tu alimentación desde hoy mismo. Y si no sabes cómo prepararlos, ya no hay excusa porque cada uno va acompañado de ideas y recomendaciones de preparación.
1. Semillas de chía
Ponlas a remojo unas horas con bebida vegetal (sin azúcares añadidos) antes de consumirlas para que suelten el mucílago, que además de tener propiedades muy beneficiosas, proporciona una textura de pudding muy agradable o bien utiliza un molido de semillas y esparcirlas sobre tus comidas.
2. Pescado azul pequeño
Las conservas en bote de cristal, como las anchoas o boquerones, ricas en omega-3 y con menor concentración de metales pesados son una opción económica, deliciosa y versátil para incorporar a tus comidas del día a día.
3. Aceite de oliva virgen extra de primera prensada
Una forma de enriquecer tus platos y consumir grasas saludables que ayudan a desinflamar el organismo y sentir saciedad.
4. Zanahoria cruda
Rica en B-Caroteno potente antioxidante, es ideal para dar un toque de sabor a ensaladas o como acompañamiento de platos combinados. Puedes cortarla en tiras finitas con un pelador de verduras y servirla como espaghettis de zanahoria.
5. Pimiento
Un toque de color para tus platos. Puedes saltearlo en la sartén o escalivarlo.
6. Arándanos
Son bajos en azúcar y ricos en antocianinas, frescos o congelados son ideales para incorporar a los yogures o completar un pudding, una ensalada o un panqueque.
7. Especias como jengibre, cúrcuma, canela o pimienta
Aparte de aportar un sabor único a tus platos, el uso de estas especias tiene propiedades digestivas, carminativas y antiinflamatorias que te ayudan a digerir y sentirte más ligero/a. Un truco: si cocinas la cúrcuma junto con pimienta y grasa se absorberá mejor (sustancia activa).
8. Brotes verdes
La rúcula, los canónigos, los brotes de kale, etc. aportan incontables vitaminas y favorecen la digestión. Con mis pacientes, me ayudan a trabajar la parte inflamatoria ligada a la microbiota.
9. Frutos secos
Incorporar un puñado de frutos secos todos los días aporta saciedad y muchos beneficios. Puedes llevarte un puñadito para picar entre horas, incorporarlos al yogur o comer de postre.
10. Legumbres
Aunque no conviene abusar, comer legumbres de dos a tres veces por semana es muy recomendable por sus propiedades antiinflamatorias. Si te cuesta digerirlos puedes tenerlos a remojo el día antes y/o cocinarlos con comino para facilitar la digestión.
Alimentos a evitar en una dieta antiinflamatoria
Ahora que ya sabes qué alimentos debes potenciar, también es importante reducir o eliminar los productos proinflamatorios. Éstos se excluyen mientras dura la dieta y poco a poco se van reintroduciendo de forma moderada, si el cuerpo los tolera bien.1. Alcohol
2. Harinas en todas sus formas (pan, pasta...), sobre todo las que contienen gluten
3. Dulces
4. Moderar las frutas muy dulces
5. Lácticos
6. Productos procesados
¿Te gustaría seguir una alimentación antiinflamatoria para encontrarte mejor y perder peso?
Ahora ya puedes adquirir la fase 2 del Winter Plan dedicada a la alimentación antiinflamatoria o comprar el programa completo de 4 fases (detox, antiinflamatoria, metabólica y mantenimiento) para conseguir resultados óptimos. En ambos casos se incluye una sesión de seguimiento conmigo para adecuar el programa a las necesidades individuales. ¿Te animas?