El ayuno intermitente es un nuevo patrón de alimentación que utilizo cada vez más en consulta ya que oferece un enfoque no farmacológico para recuperar y mejorar el estado físico, fisiológico y de salud de algunos pacientes.
Consta en recuperar y trabajar los biorritmos de las personas que lo requieren para que puedan tolerar intervalos de ninguna o escasa alimentación durante ciertas horas del día y / o ciertos días a la semana.
Durante este intervalo, que suele durar entre 15 y 18 horas (bajo prescripción médica) en mi consulta, solamente uno se puede hidratar mediante caldos claros de verduras (básicamente infusiones de verduras de temporada y preferentemente no tratadas con pesticidas), agua, agua con gas, infusiones, té, café sin azúcar y sin leche.
Hasta aquí tampoco parece tan difícil de aplicar, con un poco de voluntad y organización; sin embargo, hilo de los años, me dando cuenta de que lo más importante en un ayuno intermitente, es todo lo que se come y se vive fuera de estas 15 o 18 horas.
En efecto, me estoy dando cuenta que no todos los pacientes reaccionan de la misma manera ante un ayuno intermitente, volviéndose éste en una herramienta que debe utilizarse estratégicamente en un individuo que sea apto a incorporarla y a quien realmente puede aportar unos beneficios reales; no todo el mundo debe o puede.